Tras haber leído detenidamente la propuesta de convenio entre la administración de Justicia y el Ayuntamiento de Pamplona–Iruñea, queremos compartir las siguientes valoraciones:
– Hay cuestiones que tienen difícil justificación pedagógica, una de ellas es mezclar la legalidad penalista con intenciones socioeducativas. Como siempre mantenemos, entendemos que la educación es un proceso desde el interior hacia fuera y no a la inversa, por lo tanto la imposición no nos parece valida en términos educativos. En este sentido es un grave error no respetar los procesos de interiorización de cada chico o chica. Además este acuerdo se basa en la vulneración de uno de nuestros principios fundamentales como es la libertad a participar en nuestros proyectos sin ningún tipo de coacciones. Ni lo compartíamos como una condición desde la RIS, ni lo compartimos desde esta modalidad penal. No creemos que la Ley de Responsabilidad Penal del Menor o el Código Penal nos deban indicar con quien si y con quien no o como y cuando debemos intervenir, mucho menos cuando la posible tipología de los supuestos «delitos» ya sabemos cuales son y a quienes afectan por su condición de clase social desfavorecida. Tiene su gracia que se presente la participación como «voluntaria», y que el chaval tenga que conocer el recurso y aceptar participar. La primera condición de conocer el recurso es valida, pero la segunda es puro cinismo, ya que él o la que no lo acepte se tendrá que enfrentar a un juicio. Para muestra las amenazas punitivas con las que el convenio advierte a quienes incumplan la medida, advirtiéndoles que el Ministerio Fiscal continuaría con la tramitación del expediente judicial.
– En el caso de acceder a valorar algunas medidas extrajudiciales, como ya lo hemos hecho en algunas ocasiones con las medidas en medio abierto, entendemos que somos las asociaciones de los barrios quienes deberíamos valorar si ese chaval o chavala se vería beneficiado de participar en nuestros proyectos. Aquí entendemos aquello de «quitarles el marrón», pero nada esperamos en términos educativos de medidas autoritarias. En cualquier caso accederíamos si nuestra asociación lo valorase positivo, pero no porque lo diga ningún equipo técnico judicial porque así lo dice la Ley de Responsabilidad Penal del Menor y mucho menos sistematicamente mediante convenio.
– Otra cuestión que nos ofrece dudas es la de la aceptación del delito, hay datos que dicen que cerca del 96 % de los juicios de menores acaban en conformidad de las partes (defensa y fiscalía) Esto es cuestionado por abogadas defensoras de chicos y chicas, ya que afecta al derecho fundamental de defensa, porque se está reconociendo un supuesto delito que se ha podido cometer o no. De aquí vienen los servicios a la comunidad y ahora las extrajudiciales para que chicos y chicas «aprendan» las consecuencias de sus actos, pero que también tienen una lectura perversa cuando se reconoce un hecho que no se ha cometido o cuando se institucionaliza el trabajo para la comunidad como formula de castigo. Como señalaba Jordi Cabezas «somos partidarias de establecer medidas alternativas al encierro, pero estas medidas sustitutivas están conllevando un aumento de la población a afectada por esta justicia especial»[1].
– Las intenciones pueden ser muy loables como la de «construir un proceso de participación socioeducativa en su comunidad», pero mediante procesos impositivos no se respetan los procesos internos que cada chaval o chavala deben realizar para llegar a madurar, y si no se respetan esos ritmos y momentos difícilmente se puede interiorizar aprendizajes.
– Las formas con las que se ha desarrollado este proceso no nos parecen las adecuadas, sobre todo por la falta de transparencia intencionada o no. Antes de firmar nada se nos debiera haber remitido el documento, y no ir a hechos consumados. Además nuestra asociación fue muy crítica desde un primer momento.
ETXABAKOITZ BIZIRIK
Marzo 2016
[1] CABEZAS SALMERÓN, JORDI. “Jurisdicción Penal del Menor: ¿proteger al menor o protegernos del menor?”. Jornadas sobre maltrato institucional a la infancia y adolescencia. Colectivo de Nadie. Barcelona, 2015.