El pasado 20 de noviembre, Día Internacional de los Derechos del Niño y la Niña, quisimos reivindicar lo que Etxabakoitz Bizirik ha supuesto para este barrio durante estos últimos 20 años. También para denunciar al Ayuntamiento de Pamplona-Irunea por dejar a las y los txikis y al barrio en general sin todo lo que supone el servicio de prevención comunitaria.
Porque la asociación es mucho más que una serie de actividades para niños, niñas y adolescentes. Es también un espacio socio-educativo para fomentar la verdadera participación y el protagonismo infantil como herramientas educativas. Un lugar para impulsar la convivencia intercultural para todo el barrio y para favorecer la cohesión social de sus vecinos y vecinas. Un acompañamiento para la vida a la chavalería del barrio, con un equipo de educadoras/es que están siempre en los momentos que los chavales/as lo necesitan. Es el desarrollo comunitario que cualquier ayuntamiento que creyera en la participación ciudadana no hubiera despreciado. Con un local abierto a todo el mundo, donde sus educadores/as atienden cualquier tipo de demanda vecinal. Ese local llamado el piso, donde a través del vinculo, el apego y la amistad pedagógica se convierten en el mejor camino para el aprendizaje de valores como la solidaridad, el compañerismo o la implicación comunitaria… Todo eso y mucho más, algo que nunca podrán conseguir quienes no creen en el valor comunitario ni en las posibilidades de las gentes de este barrio, por mucho nombre en inglés que le quieran poner.